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La comunicación en el centro de la modernidad

  • konpyutanoneko
  • 18 may 2016
  • 4 Min. de lectura

Hoy en día, y a pesar de tener tan solo un siglo de vida, la comunicación tecnológica se ha hecho vital para la sociedad, y en este periodo de tiempo se han sucedido tantos cambios y mejoras que parece que hubiese estado siempre con nosotros. La comunicación es tan antigua como nosotros mismos, en cambio las tecnologías son jóvenes, y las personas no están acostumbradas a ese medio que determina su percepción del mundo, y no solo eso, sino también su modo de vida.


Cada vez es más fácil para los medios acceder a un gran número de personas. Además de con texto como antaño, entra en juego la transmisión de imagen y sonido, ampliando el abanico de público. Persiguen la cantidad, una sociedad de consumo, son medios de comunicación de masas.


La de la comunicación es una revolución compleja, ya que a la vez es una ruptura radical, pero adaptada a la sociedad de masas. Es un hecho que el ser humano es un ser social, y su felicidad se ve afectada en mayor o menor medida por el hecho de estar conectado con las personas de su entorno. Es curioso cómo la comunicación tecnológica ha calado en los individuos de manera profunda y ámplia, y sin embargo comparado con el número de avances que ha habido, el número de reflexiones es mínimo.


El vals de las modas y las revoluciones

Las modas tienen un ritmo frenético, lo que hace al ser humano ir cada vez más rápido y siempre con la sensación de llegar tarde. Otros ámbitos de la sociedad que evolucionan a un ritmo mucho menor que la tecnología, como la cultura.


La tecnología está tan dentro de nuestra vida, y la ha cambiado tanto que solo podemos ver el día de mañana como el de "la sociedad de la información y la comunicación". Si es verdad que si a veces la tecnología no evoluciona al mismo ritmo que la comunicación, y esto es debido a revoluciones tecnológicas que se quedan en el camino de lo que se esperaba de ellas, y no llegan a la evolución producida en el modelo cultural de la comunicación.

Una antigua desconfianza hacia la comunicación

La importancia de la comunicación en la cultura occidental es lo que provoca que gran parte del desarrollo tecnológico sea respecto a este área. El individuo desconfía de la comunicación a gran escala, y los medios más afectados por esto son la radio y la televisión. Se trata de uno de los valores más importantes de la cultura occidental, pero aún así nunca ha recibido legitimidad, irónicamente.

Se considera que la democracia sería inviable sin comunicación pública. Los medios de masas apoyan la desconfianza en la tecnología, ya que la tecnología, aunque tenga toda una comunidad detrás, se suele disfrutar de manera individual. A grandes rasgos, cabe señalar cuatro momentos de desconfianza:


La posición de la imagen

Esta es indispensable para el proceso comunicativo, y su posición es sumamente importante:

1. Sola no tiene la misma fuerza que contextualizada en un mensaje, además de cobrar determinado sentido.

2. No hay imagen sin receptor, que la interprete según sus propios valores, opiniones, recuerdos y experiencias.

3. La imagen no está hecha para ser "única", es decir, estar encasillada para un individuo concreto, se deben hacer para un espectador sin identidad.

4. No hay imagen sin creador, son creadas para ser vistas y recibidas, no siendo esta una decisión del receptor.

Discursos ruidosos y silencio teórico

Todo el mundo habla de comunicación, políticos, periodistas, publicitarios, hasta llegar a los discursos de los grandes grupos de comunicación. Está de actualidad, y forma parte de miles de discursos, y aquí viene el problema. La multiplicación de discursos lejos de beneficiarla, más bien la ha desprestigiado.

Diez razones para no querer saber más

Causas de la resistencia ante un conocimiento teórico de la comunicación:

1. La deseamos y desconfiamos, ya que los cambios técnicos resuelven dificultades y a la vez, amplían sus riesgos.

2. Dificultad de análisis, ya que implica emisor, mensaje y receptor, elementos complejos sin continuidad en estas tres lógicas.

3. El deseo de conocimiento resulta menos visible.

4. Omnipresencia de las tecnologías en todos los actos de la vida cotidiana.

5. Los medios se han sentido amenazados por ser analizados.

6. Dificultad de crear un vínculo entre problemas antiguos de ramas como la psicología, filosofía, etc en un contexto totalmente nuevo a causa de la tecnología.

7. La comunicación como objeto de conocimiento. No es un objeto neutro por su vínculo con nosotros.

8. Debilidad de la demanda de conocimiento por parte de la sociedad.

9. La amplitud del movimiento provoca la movilización de las élites por las nuevas tecnologías.

10. El público, al final, es el que va formando su opinión según lo que consume.


El autor hace referencia a tres características que explican el contrasentido que han vivido la televisión y hoy las nuevas tecnologías de comunicación:


1. La televisión al igual que la comunicación, no ha tenido mucha legitimidad cultural e intelectual. Resulta perjudicial que los medios de comunicación no hayan tenido un reconocimiento por parte de las élites.

2. Las prácticas evolucionan de una manera más lenta que las innovaciones tecnológicas y las modas.

3. Lo esencial de la comunicación no está ni en los resultados ni en la apertura de mercados, sino en la necesidad de pensar exclusivamente en la comunicación.

Podemos concluir que la tecnología no perjudica a la reflexión sobre la comunicación, es más, la reclama partiendo de la buena comunicación tecnológica y la mala comunicación social.



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